

La historia de Kevin:
DE ALUMNO A MENTOR
Kevin es una de esas personas que conoces y no puedes imaginar por lo que han pasado. Tiene una sonrisa cálida, una actitud increíble y muestra una pasión por la mentoría que va más allá de su edad. La historia de Kevin comienza con la ausencia de su padre, lo que lo dejó cuestionando su valor y buscando respuestas cuando solo tenía 10 años. Para ayudarlos a comenzar de nuevo, su abuelo lo trajo a el y a su familia a la ciudad. Sin embargo, el cambio repentino dejó a Kevin luchando contra la culpa, creyendo que había hecho algo para ahuyentar a su padre.
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Cuando se mudó nuevamente de Mixco a Villa Nueva, apenas un año después de llegar a la Ciudad de Guatemala, escuchó a dos hombres invitando a niños a unirse a su equipo de fútbol. Con solo un par de zapatos, Kevin aprovechó la oportunidad sin miedo. Al unirse al programa Champions a la edad de 11 años, descubrió una pasión por el deporte que encendió su espíritu. Sin embargo, sus recursos limitados y la falta de equipo adecuado amenazaron con obstaculizar su progreso.
Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. - Proverbios 22:6



Mientras Kevin atravesaba su adolescencia, encontró nuevos desafíos. El trauma del abandono de su padre y su posterior fallecimiento afectó su bienestar emocional. Se encontró atrapado en un torbellino de vicios y comportamientos autodestructivos. Dejó de ir a la escuela, empezó a fumar, beber y desobedecer a su madre. En apenas unos meses, Kevin parecía haber perdido la esperanza que le había brindado el fútbol. Todos pensaban que ya no le importaba ser un buen chico. Fue durante esta fase oscura que sus mentores intervinieron y se negaron a dejarlo enfrentar sus luchas solo. Lo guiaron hacia la terapia y le brindaron las herramientas necesarias para superar sus luchas.
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Con una determinación renovada y el apoyo inquebrantable de sus dos mentores, Kevin regresó a la escuela a la edad de 13 años, ansioso por cambiar su vida. Se comprometió con la terapia y pasó dos años y medio trabajando en su curación emocional.
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Estaba comprometido con su equipo Campeones en Acción y le encantaba pasar tiempo con sus amigos en la liga de fútbol. Su resiliencia y su nueva perspectiva lo llevaron a convertirse en un modelo a seguir para sus pares dentro y fuera del campo. Al final de ese año transformador, Kevin fue reconocido en su escuela como el mejor alumno de la clase.


Sin embargo, el acontecimiento más impactante estaba a punto de suceder en su vida. A los 15 años, el destino intervino y se le dio la oportunidad de asistir al campamento de Campeones en Acción. En 30 minutos, se preparó para embarcarse en una experiencia que cambiaría su vida. Al llegar a El Faro, Izabal, Kevin sintió un profundo sentido de propósito y pertenencia. Su primer pensamiento después de bajar del autobús fue: "Mi vida definitivamente tiene significado".
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“Nunca olvidaré cómo me hicieron sentir los voluntarios del campamento. Con ellos me sentí seguro”.
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Describe su experiencia en el campamento como algo que realmente le cambió la vida. Nunca había conocido a extraños que estuvieran ansiosos por escuchar su historia y amarlo. Cuando se lastimó el pie, recuerda cómo lo cuidaron los voluntarios. Cuando estaba triste, lo abrazaban. Cuando quiso celebrar, estaban listos para celebrar con él. “Sabía que se preocupaban por mí”, dijo. "Lo cual es una locura porque nos acabábamos de conocer".
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El impacto del viaje de Kevin no terminó ahí. Fortalecido por sus propias experiencias y el apoyo que recibió, sintió el llamado a marcar una diferencia en las vidas de los demás. Combinando su pasión por el fútbol y su nueva fe, Kevin recientemente asumió el papel de mentor, compartiendo el evangelio con otros niños menores que él. Su viaje lo inspiró a convertirse en un faro de esperanza para quienes enfrentan luchas similares, tal como lo habían sido sus mentores para él.



A lo largo de su viaje, Kevin enfrentó un desafío adicional : luchar contra el cáncer desde 2019. A pesar de las dificultades, se mantuvo firme en su fe. Tiene una dieta especial y controles mensuales, pero Dios ha disminuido milagrosamente sus síntomas sin necesidad de soportar quimioterapia. Ahora, Kevin tiene 22 años y gracias al apoyo del programa Champions, ha podido ser el mentor que siempre quiso ser. A su corta edad, ya está marcando una diferencia en su comunidad al retribuir y creer en cosas mejores.
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La historia de Kevin Josue es un testimonio del increíble poder del evangelio y la tutoría. Desde superar la ausencia de su padre hasta conquistar luchas personales y abrazar la fe, el viaje de Kevin nos sirve de inspiración a todos. Mientras Kevin continúa luchando contra el cáncer, su compromiso de marcar la diferencia sigue siendo inquebrantable.
A través de su historia, se nos recuerda que la historia de nadie está condenada a terminar en quebrantamiento si se encuentra con resiliencia, fe y el apoyo inquebrantable de quienes creen en nosotros. Jesús nos ha dado una esperanza nueva y real y lo vemos obrar todos los días en las vidas de niños increíbles como Kevin.
